El mantenimiento de un piso no es tarea sencilla, sobre todo cuando se trata de pisos expuestos a condiciones de tráfico pesado, químicos, choque térmico, etc. Lo más recomendable es no dejar que un piso se desgaste al grado de requerir reparaciones mayores, para esto se debe de programar un mantenimiento periódico que consiste en aplicar una delgada capa de acabado.
En caso de enfrentarnos a un piso ya dañado hay una serie de consejos que nos ayudarán a repararlo de manera adecuada:
- Lo primero que hay que hacer es buscar las posibles causas del daño y de ser posible corregirlas, por ejemplo, si las juntas están dañadas, habrá que verificar la causa del movimiento en el suelo.
- La preparación de la superficie es sumamente importante en pisos dañados, hay que retirar todos los contaminantes, abrir y limpiar las juntas y baches para después lijar o amordentar el piso con el fin de crear un perfil de anclaje adecuado. Hay que asegurarnos que al terminar la preparación el piso quede limpio, libre de polvo y humedad.
- Aplicación de kit de bacheo en esta etapa se debe de aplicar un primario epóxico para asegurar la adherencia del sistema y después preparar la mezcla del reparador de baches y aplicar con una llana plana hasta lograr una superficie uniforme.
- El reparador o rellenador de juntas deberá ser flexible para soportar el movimiento de las lozas y se debe de aplicar con un bote exprimible para alcanzar las juntas con mayor facilidad
- Después de haber reparado el piso está listo para aplicarse el sistema elegido.
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