Los pisos industriales son una parte esencial de cualquier operación. Soportan maquinaria pesada, tráfico constante y exposición a productos químicos; sin embargo, rara vez se les da el seguimiento adecuado. Planificar su ciclo de vida —desde la instalación hasta la rehabilitación— es clave para maximizar su durabilidad y reducir costos a largo plazo.
El ciclo de vida de un piso se compone de cinco fases: instalación, operación, mantenimiento, rehabilitación y reemplazo. En la primera, la preparación del sustrato y la correcta aplicación del sistema determinan la adherencia y el rendimiento. En la etapa de operación, entran en juego factores como el tránsito, la limpieza y el contacto con químicos. Aquí es donde un plan de mantenimiento regular, con inspecciones y limpieza adecuada, previene deterioros mayores.
Cuando aparecen señales de desgaste —pérdida de brillo, micro fisuras, manchas persistentes—, es momento de programar una rehabilitación. Esta permite restaurar el recubrimiento sin reemplazarlo por completo. Finalmente, cuando el sistema ya no garantiza protección ni seguridad, se realiza el reemplazo total, lo que representa una inversión que debe planearse con anticipación.
La planeación del ciclo de vida permite presupuestar, reducir tiempos de paro y extender la vida útil de los recubrimientos. En resumen, cuidar un piso industrial no es un gasto, sino una inversión en continuidad operativa. En Marél, queremos que tengas el piso que tu empresa merece, duradero, estético y que te haga ahorrar en mantenimiento. Contáctanos para recibir asesoría personalizada.
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