Cuando se trata de pisos con requerimientos especiales, como aquellos con control de estática, no basta con aplicar un recubrimiento “antiestático” y dar por hecho que funcionará. Por eso la importancia de la garantía de conductividad, debe estar medida y comprobada. No es opcional. Es una exigencia crítica en industrias donde una descarga puede dañar equipos sensibles o poner en riesgo la seguridad.
En Química Marél entendemos que un sistema de piso conductivo debe funcionar como un sistema completo: desde el primario hasta el acabado, incluyendo las conexiones a tierra y la correcta aplicación por parte de personal capacitado.
Por eso, cuando diseñamos un sistema para pisos ESD (electrostáticamente disipativos) o conductivos, no solo suministramos el producto. Realizamos mediciones, especificamos los protocolos de aplicación y entregamos garantía escrita de que el sistema cumple con los valores de resistencia requeridos.
Sin esa garantía, el piso puede lucir bien… pero fallar en lo más importante. Y si no se mide correctamente, nadie puede asegurar que está disipando la carga eléctrica como debería.
En industrias como electrónica, farmacéutica, aeronáutica o centros de datos, este tipo de fallas no son un problema estético: son un riesgo operativo y económico real.
¿La clave? Trabajar con un proveedor que entienda la aplicación, el producto y la función. Uno que esté dispuesto a responder con datos, pruebas y garantía.
En Marél comprendemos la importancia y no solo prometemos conductividad, la comprobamos y la garantizamos.
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